La justicia inoperante y ciega

viernes, 19 de octubre de 2007

EEl reino de España deficitario en recursos energéticos ha de importar la casi totalidad de la energía que consume -incluyendo cada vez más carbón y todo el Uranio- a lo que habría que añadir la crisis internacional energética que busca una salida en los agrocombustibles que no son rentables desde el punto de vista energético, pero sí nefastos para la alimentación y el ecosistema. Mientras, este reino se dedica a cerrar minas por no considerarlas rentables que no lo son si las comparamos con los costes de explotación de las minas tercermundistas que, aparte de que puedan tener mejores yacimientos tienen, sobre todo, "esclavos" con salarios de miseria y muerte sin que esto sea obstáculo para que nuestro gobierno y autoridades económicas realicen la importación a sabiendas de cómo se obtiene ese carbón y a qué precio de miseria y vidas.

A la situación internacional de ausencia de Derechos Humanos con la que colaboramos en primera línea en la minería del carbón hemos de añadir que fronteras adentro de este reino los tres poderes: político, económico y judicial se muestran incapaces de resolver el fraude de 14.624.000.000 ptas de la mina de La Camocha e intentan legalizarlo justificando su sobreseimiento.

Para paliar la diferencia de precio del carbón propio respecto al importado, el Gobierno decide subvencionar el carbón extraído -más caro que el importado- para mantener los puestos de trabajo, favorecer una salida laboral con prejubilaciones y un cierre paulatino de la mina con un aterrizaje suave sin conflictos laborales, pero resultó que de principio a fin todo fue para incrementar la privatización de las ganancias de la mina de La Camocha mientras se socializaban las pérdidas a costa de los mineros y de los presupuestos del Estado. Y, así se hizo, 87 millones de euros se destinaron a la financiación de este fraude; se importa carbón más barato, se hace pasar por carbón propio y como por cada tonelada extraída hay una jugosa subvención en aras de mantener el empleo, que ni se mantiene y ni siquiera se pagan los salarios de los 160 mineros que aún quedan, además de otras deudas a los prejubilados; unos y otros son los perjudicados, como siempre, que cobrarán o no, cuestión que aún está por ver.

Que se sepa 100.000 toneladas, como mínimo, es el carbón importado en los años 1998, 1999 y 2000 que fue camuflado como de extracción propia para recibir la millonaria subvención. Desde entonces, las movilizaciones por los retrasos de los salarios y prejubilaciones fueron continuas. La situación se agravó recientemente ante el inminente cierre previsto para finales de año por lo que el Comité de Empresa decidió encerrarse en la octava planta a 600 metros de profundidad.

Se salva de esta ciénaga la Directora General de Minas de aquel momento, Paloma Sendín, que alertada del trasiego del carbón quiso esclarecer lo que ocurría a plena luz del día y ello le costó el cargo. No así CCOO y UGT que mirando para otro lado callaron y otorgaron.

A pesar de las evidencias y de que las movilizaciones desde el inicio del Plan de la Minería, el Juez de instrucción del juzgado de lo penal nº 4 de Gijón, Pedro Pablo Ruiz Hidalgo consideró oportuno en 2004 sobreseer la denuncia -no por falta de pruebas- sino por considerar que las subvenciones otorgadas cumplieron con los fines sociales, a pesar de que las subvenciones fueron destinadas fraudulentamente al carbón importado que la empresa minera se encargó de enmascarar haciéndolo pasar como propio mediante empresas interpuestas, facturas y otras argucias financiaras.

El abogado del Estado y la Fiscalía abren por segunda vez la denuncia pero el mismo Juez de Instrucción del juzgado de lo penal vuelve a sobreseer el expediente con los mismos argumentos aduciendo que la empresa cumplió con el Plan previsto reduciendo costes de producción y de plantilla, cuando la cuestión es que sólo se podía subvencionar el carbón extraído y en ningún caso el importado. La trama legal no parece pueda sostenerse, tampoco sus argumentos, pero de los 14 mil millones de ptas ni se tienen noticias de dónde están, ni quiénes son los "beneficiados" del presunto fraude tipificado en el Código Penal como delito.

No se entiende, de ningún modo, cómo el Gobierno español y el Gobierno de Asturias, cuyo responsable inmediato es el Consejero de Industria Graciano Torre, de quién depende la Dirección Regional de Minas, no esclarezca las subvenciones millonarias desviadas hacia la empresa que incluso declaraba beneficios en el momento del presunto fraude. No se entiende tampoco cómo es posible que con tantas pruebas el aparato judicial, en general, sea tan torpe e inoperante que pueda negar la evidencia y no pase nada. Las cien mil toneladas de carbón ya son humo, pero ¿dónde están y quién tiene los 14.000 millones de ptas? Sin duda la respuesta y la responsabilidad está en alguno de los tres actores implicados o en todos ellos.

Miguel Ángel Llana

Asturias está en el sur

miércoles, 10 de octubre de 2007

Los Sures también existen es una campaña de sensibilización y formación sobre la pobreza y desigualdades que se producen en nuestro mundo, tanto en los países denominados del Sur como en nuestras sociedades del Norte, tratando de visualizar y analizar las causas y consecuencias de las diferentes formas de desigualdad existentes.

La pobreza entendida como "aquellas situaciones individuales o colectivas de carencia o insuficiencia de los recursos básicos (culturales, sociales y económicos) para garantizar un desarrollo integral de las personas" y la desigualdad entendida como "el diferente grado en que las personas tienen garantizados de forma efectiva los derechos y responsabilidades que les corresponden conforme la dignidad humana" son fenómenos provocados por una serie de causas que compartimos desde nuestros colectivos.

Causas de la pobreza y la desigualdad:

Creemos que el actual modelo económico y social se vale de cada uno de nosotros/as en la medida que necesita de:

- La explotación y la precariedad laboral para mantenernos en situación de indefensión.

- El individualismo, la debilitación de las redes sociales y familiares.

- La competencia y rivalidad para tenernos enfrentados unos a otros.

- La educación como formación para competir más que para construir personas.

- Del consumismo para mantenernos “entretenidos” mientras movemos la rueda del mercado.

- La mercantilización de “casi todo” poniendo como centro el dinero y no las personas.

- El debilitamiento de los sistemas públicos haciéndonos creer que sólo lo que se paga tiene valor, perdiendo la posibilidad de ejercer la solidaridad desde los recursos compartidos.

- El ritmo de vida impuesto por las condiciones laborales, necesidades creadas, y que cada persona al asumirlas opta por legitimarlo.

Consecuencias:

Quizás estamos más acostumbrados y acostumbradas a identificar la pobreza y desigualdad con los países empobrecidos, lejanos, pero mirando en nuestras sociedades llamadas “desarrolladas”, resulta que en Asturias:

- Uno de cada 8 asturianos (12.6%) sobrevive con menos de 400€ /mes (Fuente: Encuesta sobre las condiciones de vida 2006) .

- En mayo de 2007, de cada 100 asturianos y asturianas en paro, 64 eran mujeres. (Fuente: SADEI, mayo 2007)

- Mientras que en Asturias hay cerca de 80.000 viviendas vacías, sólo el 37,2% de la juventud asturiana de entre 18 y 34 años se ha emancipado. (Fuente: Observatorio joven de vivienda en España. 4º Trimestre 2006)

- En zonas rurales hay vecinos y vecinas que cada vez que tienen que realizar tareas cotidianas como: ir al médico, hacer la compra... gastan casi 15 € porque el taxi es el único transporte público existente.

- Nuestros pueblos van despoblándose de habitantes residentes, mientras que el reparto de los recursos municipales no genera nuevos empleos para la gente joven, ni mejora el acceso a recursos básicos como el agua, saneamiento, basuras, alumbrado público...

- En nuestros barrios, un elevado número de familias viven bajo la inestabilidad de la precariedad laboral o desarrollan actividades de economía sumergida. Situación especialmente difícil para las familias monoparentales (8,5 % de los hogares asturianos) (SADEI, Censo de población y vivienda 2001)

- Disminuye la participación e implicación en lo público, en lo común, en lo de todos (sólo el 30% de los jóvenes de entre 16 y 29 años participan en alguna asociación no deportiva) (Fuente: Informe “Estilos de vida de la juventud asturiana” 2005)

- Aumenta la presencia de “nuevos vecinos” de otros países y culturas (1,9% en Nava, 3% en Gijón y 4,3% en Oviedo ) con las que convivir y crear nuevas redes sociales, pero a los que todavía es difícil conseguir una vivienda o un trabajo, muchas veces por nuestra desconfianza. (Fuente: Informe social y económico de Asturias, 2006)

Con todo este planteamiento de fondo, mediante las diferentes acciones de la campaña, desde hoy hasta el próximo 30 de noviembre, vamos a tratar de mostrar y acercar estas realidades y sus causas a nuestros vecinos y vecinas, pero no para culpabilizarnos por ello, sino para abrir los ojos a cuál es el mundo que queremos y que son posibles otras formas de vida y de organizarnos. Hemos de ser conscientes de cada una de nuestras opciones cotidianas individuales o colectivas, privadas o públicas, van dando forma al modelo social por el que apostamos. “Los Sures también existen” y contando con estas realidades queremos construir un entorno en el que los Derechos sean para Todos y por lo tanto no se queden en Privilegios para unos Pocos.

Para saber más: Los sures también existen

Sobre la agricultura asturiana del siglo XIX

jueves, 4 de octubre de 2007

"La intensificación de la agricultura descansa sobre un despliegue de trabajo desproporcionado, que no mejora la dieta del campesinado sino que fija mayor población al terrazgo. Las tareas agrícolas duraban todo el año y requerían la participación de mujeres y hombres de manera intensiva. En este contexto, era fundamental la solidaridad campesina mediante el trabajo colectivo. La asamblea vecinal — xunta, conceyu, esquina —, sometida a una legislación ajena a su propia decisión — la de las ordenanzas del concejo o las del Principado —, sí tenía la capacidad de organizar el trabajo colectivo, que era un elemento de cohesión de la aldea: las grandes labores del cultivo o la construcción de casas — andeches —, el arreglo de caminos y la limpieza del cauce de los arroyos — sestaferies — o las batidas a los animales salvajes — monteríes —.

A medida que avanza el siglo XIX y aparecen nuevos propietarios burgueses, comienza a surgir la figura del jornalero — aunque siga siendo marginal — y se debilitan las tareas colectivas, que se van restringiendo al campesinado más unido por lazos familiares, de amistad o de condición económica. La extensión del espacio agrario a través de roturaciones a costa del bosque generará un tipo poblamiento disperso, al margen de las aldeas y de los trabajos colectivos. Este tipo de poblamiento facilita modelos de explotación agraria más individualistas.

Durante buena parte del siglo XIX las transformaciones en el campo asturiano son poco relevantes. A pesar de que Asturias es una de las regiones más densamente pobladas del país, el mercado interior está muy limitado por la poca importancia de las ciudades (Oviedo tiene en 1833, a lo sumo, doce mil habitantes), y las relaciones comerciales con el resto del país y con el exterior son escasas, condicionadas por el precario desarrollo de las vías de transporte. Estas características son reflejo del débil desarrollo industrial.”

La implantacion del capitalismo en la agricultura asturiana. Eduardo Romero

Para saber más: Nos comen. Contra el desmantelamiento del mundo rural en Asturias.